A comienzos de octubre de 2019 varias entidades sin ánimo de lucro del sector cultural
navarro, más concretamente de la música y las artes escénicas, comenzamos a trabajar
en aquello que nos unía.
El detonante de la celebración de las primeras sesiones de trabajo fue la difícil situación en la que muchas de las entidades se encontraban tras las decisiones tomadas por el Departamento de Cultura del Gobierno de Navarra en el mes de junio de 2019. Fue especialmente grave el anuncio que se nos hizo de la desaparición de la convocatoria de ayudas Artem50K+ tal y como las habíamos conocido en los últimos años. Pero había más razones:
- La continuada rebaja del presupuesto destinado para dicha convocatoria desde el año 2012.
- Los continuos cambios realizados en las bases de dicha convocatoria legislatura tras
legislatura (y año tras año).
- Las férreas y asimétricas justificaciones ante la intervención del Departamento de Cultura derivadas de la estricta Ley Foral de Subvenciones 11/2005 de Navarra (que incluso fue objeto de críticas por su aplicación en dicho Departamento por parte de la Cámara de Comptos en un informe del año 2015).
- La escasa operatividad de los tiempos de aplicación que se recogen en las bases de la convocatoria que imposibilitan que el sector pueda llevar a cabo sus proyectos con una mínima estabilidad. Cambios de periodo de aplicación, resoluciones con los proyectos ya avanzados y en ejecución…. Y todo esto en un sector, el cultural, en donde el tiempo es vital para el desarrollo, producción y programación de los proyectos.
- En definitiva, si a los demoledores recortes presupuestarios padecidos por el sector Cultural derivados de la crisis del 2008 (-60%) le unimos la nula estabilidad que el Departamento de Cultura del Gobierno de Navarra ha sido capaz de transferir al sector con las herramientas con las que cuenta y le sumamos la crisis provocada por el Covid19, donde la Cultura va a ser sin duda uno de los sectores que más va a tardar en recuperar parte de la normalidad que conocimos, el resultado es un panorama realmente dantesco.
Es en este contexto donde EMAN se presenta como un agente cultural crucial sobre el que cimentar la nueva realidad de parte importante de nuestro sector.
Parte del sector cultural de este país, especialmente el de la música, sobrevive en una
realidad de indefinición y crisis estructural que es hora de acometer. Es hora de desterrar el mito de que los de la cultura son unos mantenidos. No lo somos, y venimos a demostrarlo.